Hace poco, preparando una formación con docentes, me volví a topar con una de esas preguntas incómodas que llevo años haciéndome:
Si la investigación educativa nos dice claramente qué estrategias funcionan mejor… ¿por qué no las implementamos sistemáticamente en nuestras aulas?
Lo cierto es que esta paradoja no deja de asombrarme. En otras profesiones, como la medicina, sería impensable ignorar la evidencia científica. Nadie aceptaría un tratamiento basado en la intuición o en la costumbre. Pero en educación… todavía sucede.
Hoy quiero compartir algunas de las respuestas que he ido encontrando a lo largo de mi trayectoria y, sobre todo, las estrategias que he podido comprobar que funcionan. Y no lo digo yo, lo dicen más de 50.000 estudios analizados en los metaanálisis de John Hattie, que involucraron a más de 240 millones de estudiantes de todo el mundo.
Tamaño de efecto
Hattie consiguió poner sobre la mesa lo que llamamos tamaño del efecto, una medida que nos dice cuánto impacto real tiene una estrategia educativa en el aprendizaje de los estudiantes. Para que nos entendamos:
- Un tamaño de efecto superior a 0,4 es altamente significativo y se sitúa en la llamada zona de impacto deseada.
- Por debajo de 0,4, el impacto es menor o irrelevante.
¿Y sabéis qué? Hay prácticas habituales que incluso tienen efectos negativos. Por ejemplo, las expulsiones o suspensiones temporales tienen un tamaño de efecto de -0,25. Es decir: no solo no ayudan, sino que perjudican.
Las 5 estrategias con impacto, que me gustan y que siempre recomiendo usar mucho más
Después de mucho leer, aplicar (todas ellas las cotempla DUA ) y reflexionar con otros docentes, me quedo ( por estensión del post) con cinco estrategias que, según la evidencia, funcionan y que, además, con las que yo he visto transformar aulas y alumnos:
1. Enseñanza recíproca (tamaño del efecto: 0,73)
Aprender enseñando a otros. Cuando los alumnos explican a sus compañeros, formulan preguntas, resumen y aclaran dudas, no solo ayudan al otro, sino que consolidan su propio aprendizaje.
Recuerdo un grupo segundo de ESO resolver problemas de geometría o de ecuaciones de manera ccooperativa en equipo. Cuando lo hacíamoscomo tutoría entre iguales, casda pareja se explicaba mutuamente el procedimiento ( mediante una dinámica establecida y conocida por ambos). Los errores se convertían en oportunidades para reforzar conceptos. Eso es aprendizaje auténtico.
2. Retroalimentación eficaz (tamaño del efecto: 0,74)
Cuando las profes o los maestros hacemos evaluación formativa por medio de la retroalimentación efectiva, que no es corregir o puntuar tras un examen sino … sino proporcionar a nuestros alumnos información clara, específica y orientada a la acción sobre qué se está haciendo, si se ha hecho bien y cómo mejorar. Es una evaluación en proceso, una evaluación para aprender, no para sancionar. .
¿Por qué no la damos siempre? Porque requiere sistematicidad, entrenamiento docente, tiempo, un tiempo que no tenemos en esta porque estamos acostumbrados al aprendizaje mcdonalds, al fast learning en lugar del slow learning , escucha activa y entrenamiento docente. La retroalimentación superficial es rápida; la buena retroalimentación lleva trabajo.
3. Autoverbalización y autocuestionamiento (tamaño del efecto: 0,64)
Consiste en que el alumno verbalice su proceso de pensamiento, en voz alta o por escrito. Preguntarse: ¿qué estoy haciendo? ¿por qué elijo este camino?
En una clase, pedí a los alumnos que resolvieran un problema matemático y, lo hieran oral para "obligarles" a narrar sus pasos, a escucharse durante el proceso. Fue una lección sobre pensamiento estratégico, mucho más valiosa que llegar a la respuesta correcta sin entender el proceso.
¿Por qué no lo fomentamos más? Porque en la escuela muchas veces premiamos solo la respuesta correcta y no el proceso de pensamiento. Parece que entrenamos a nuestros alumnos para hacer test, o para sacarse oposiciones …y no para desarrollar su mente.
Las autoverbalizaciones son un ejercicio espléndido para desarrollar esa función ejecutiva de monitoreo que es tan importante para el aprendizaje.
4. Metacognición (tamaño del efecto: 0,69)
Pensar sobre cómo pensamos. La metacognición es la clave para que los alumnos sean aprendices autónomos y fomentar la autorregulación.
Si al final de cada proyectopreguntáramos sobre lo que ha funcionado mejor; lo qu e cambiaríais la próxima vez; cómo resolvimos tal dificulta....haríamos visible el aprendizaje para el alumando. Se trata, y exige, un cambio cultural: pasar del “hacer por hacer” a la reflexión continua sobre el propio aprendizaje.
5. Resolución de problemas (tamaño del efecto: 0,61)
Plantear, investigar y encontrar soluciones. Esto va más allá de resolver ejercicios: es pensar, crear, experimentar.
Recuerdo a un proyecto con un grupo de alumnos al que se le pedía que diseñaran un plan para reducir el consumo de papel en el colegio. No solo aprendieron contenidos, sino que desarrollaron habilidades de pensamiento crítico, trabajo colaborativo y responsabilidad social. ¿Por qué no es el eje central en los diseños instruccionales? Porque a veces la presión por "llegar a todo el temario" impide detenernos en procesos de indagación más largos y ricos
¿Por qué no se enseñan estas estrategias en la formación inicial del profesorado?
Esta es otra de esas preguntas del millón de euros. La respuesta tiene que ver con varios factores:
- La formación docente sigue centrada, en muchos casos, en contenidos teóricos, planificación y normativa. Poco sobre cómo enseñar, cómo retroalimentar, cómo diseñar tareas que enseñen a pensar.
- Falta de modelos reales: muchos futuros docentes salen de la universidad sin haber visto ni practicado una retroalimentación efectiva o una sesión de enseñanza recíproca.
- La desconexión entre universidad y aula real sigue siendo un muro difícil de derribar.
Y así, muchos profesores aprenden "a base de ensayo y error", con el consiguiente desgaste personal y profesional.
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¿Qué podemos hacer?
Este post no sería completo si no incluyera propuestas:
- Para los docentes: Atrevámonos a probar. Empezar poco a poco: una sesión de enseñanza recíproca, un feedback más elaborado, un tiempo de reflexión metacognitiva al final de clase.
- Para las familias: Preguntar a nuestros hijos: ¿Qué has aprendido hoy? y, sobre todo, ¿cómo lo has aprendido? Ayudarles a entender que el error forma parte del proceso.
- Para las facultades de Educaión y responsables de la formación inicial y continua: Diseñar programas centrados en la práctica real, con estrategias contrastadas. No más formación que solo se queda en la teoría; necesitamos formarnos en metacognición, retroalimentación y resolución de problemas, en escenarios auténticos y supervisados.
Para terminar…
La investigación educativa ya ha hecho su parte: nos ha mostrado qué funciona. El reto ahora es que cada uno de nosotros, desde nuestras aulas, centros y equipos de trabajo, dé el paso. La transformación no vendrá de grandes discursos, sino de pequeñas decisiones cotidianas que cambien la forma en que enseñamos y evaluamos.
Como me gusta recordar, parafraseando a Hattie:
El aprendizaje debe ser visible para el alumno, y la enseñanza visible para el docente.
¿Y tú? ¿Qué estrategia vas a probar mañana en tu aula?
Te leo en los comentarios. ¡Sigamos transformando la escuela!
Puedes escuchar el podcast en #ondatregional #PlazaPublica https://www.orm.es/programas/plaza-publica/transformando-escuela-con-jose-blas-garcia-estrategias-que-si-funcionan-en-la-ensenanza/
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