Intentando recuperar la dinámica y el ritmo de mi afición bloguera, después de unas semanas de asueto, me encuentro en la red con un artículo de “El confidencial” que llama mi atención: Los colegios daneses dedican una hora semanal a esta clase que no existe en España.
El artículo me hace recordar una de mis reflexiones clásicas en la asignatura de Planificación de la Acción Educativa, cuando hablamos de currículo: hacer pensar a mis alumnos sobre la idea que surge cada vez que se reforma el sistema educativo español (acción tan frecuente que ya nos parece normal en política, y en un alarde de masoquismo, incluso echamos de menos con este parón administrativo y político que vivimos): todas las reformas, con intención presupuesta de mejora, tienden a aumentar las horas de las asignaturas clásicas, como si “más” fuera sinónimo de “mejor”, algo que, a todas luces, es incierto.
Por eso me engancha también el subtítulo del artículo:
“A veces, lo más importante no es dar una hora lectiva más de Lengua, Matemáticas o Ciencias, sino ayudar a que los alumnos desarrollen otras habilidades personales”.
“klassen time”, es “una peculiaridad de los horarios de los colegios daneses que consiste en dedicar una hora a la semana a que los alumnos discutan sobre un tema de actualidad o que les afecte directamente”.
Es cierto que en España no existe esta hora como tal, pero muchos colegios y aulas españolas (más de 100, distribuidas por toda la geografía española) han tomado por bandera el “objetivo de que aprendan a debatir, a proporcionar argumentos y a rebatir los de los demás, a entender los puntos de vista que no comparten y a llegar a conclusiones”.
Lo estamos haciendo como sólo en España seremos capaces de transformar la escuela: partiendo de abajo. Me refiero al Proyecto “Tertulias con sabor a chocolate” también conocido como @chococharlas, el cual participo y coordino con un grupo de maestros y profesores decididos a que esto cambie.
Es verdad. Yo también tiendo a sobrevalorar el éxito educativo y social de los países nórdicos como si fuera "el dorado" de la educación y, quizás, por eso valoro esta noticia con sentido de orgullo y firmeza. Orgullo de participar en este proyecto y firmeza al perseverar sobre la idea de que no estamos tan equivocados y que somos los docentes los que debemos, cada vez más, transformar la práctica para generar una nueva y propia idiosincracia educativa, que sea asumida y escuchada por la legislación.
Chococharlas es una práctica que no resaltamos en los titulares de los diarios españoles pero que, a poco que la observemos, no dista tanto de la nórdica en el fondo, aunque sí en la forma, - cosa lógica si se pretendemos salvar las diferencias propias de ambas sociedades.-
- El tema a tratar suele ser decidido por los propios alumnos(aunque el profesor realice sus sugerencias).
- Se realiza con un aperitivo por medio ( en el caso de chococharlas, un chocolate como desayuno o en forma de bombón o galleta) , que se toma mientras debaten, de forma que la discusión no sea vista como un enfrentamiento sino como una distendida charla.
- En muchos casos se trata de problemas de convivencia y propuestas para una escuela feliz.
- Es un momento también para relajarse y dejarse llevar, puesto que lo más importante no es convencer a los demás, sino ser capaces de aceptar las opiniones distintas.
- No es obligatorio, pero sí recomendable y muchos docentes lo tomamos de manera voluntaria.
Las variaciones de juego como forma de tertulia, de realizarlas en el patio recreo o de utilizarlas para solucionar problemas de convivencia, podemos ir añadiéndolas a las ideas que irán surgiendo para el próximo curso en el Proyecto “Tertulias con sabor a chocolate”. Un Proyecto que tiende a crecer y a sistematizarse en las prácticas educativas de muchos docentes españoles e iberoamericanos.
A modo de conclusión, de sinergia y dinamismo, podemos decir que la experiencia danesa se puede aplicar en el “horario” español casi de forma "legal" si recordamos que la LOMCE hay horas que las deja a libre elección del centro. Aprovechemos esta situación y vayamos animándonos a hacer esta propuestas en claustros.
Para participar en el Proyecto “Chococharlas”, no tenéis nada más que consultar la web, inscribiros y pensar sobre qué pueden debatir vuestros alumnos.
Ya hay múltiples experiencias y sólo tienes que pensar, no tanto el tema, sino en las competencias que ayudarás a desarrollar en tu alumnado.
Es tiempo de cambios. Es tiempo de transformar la escuela.
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