EL VALOR AÑADIDO EN EDUCACIÓN

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Me gustaría  advertir  a los lectores de este artículo que, habitualmente, tengo cierta resistencia a comparar o analizar cualquier elemento educativo en claves que proceden del mundo de la economía. Seguramente es una «manía» errónea, derivada  de una falsa creencia, cuya causa es la negación de la existencia de cualquier tipo de relación entre la educación, (derecho y principio de servicio público) y el mundo de la economía y empresa (cuyo objetivo fundamental responde a intereses privados).  Falsas creencia  y zonas erróneas son elementos paralizantes que nos impiden avanzar en la razón.

Es posible que esta época que vivimos, en la que las instituciones públicas están haciendo cierta dejación de sus obligaciones fundamentales para con los ciudadanos (educación, sanidad, protecciones sociales básicas,...) y son las organizaciones no públicas las que se «echan para adelante» y «cogen el toro por los cuernos», dando oportunidades de vida a quiénes las habían perdido,  tengan la culpa de que mis límites entre ambos mundos se esté diluyendo.  También es posible en estos tiempos educativos de ruptura, de educación líquida y obicua, en los que se nos ha quedado obsoleta la definición de centros educativos como  organizaciones sobre las que se depositan la función social de transmisión, reconstrucción y desarrollo  del conocimiento,   me obliguen a replantearme, o cuanto menos reflexionar, sobre determinados conceptos.

Dicho esto (aunque acabo de darme cuenta que sobrepasé los 20 segundos recomendables para captar la atención de los lectores-red) y,  como siempre, realizando una búsqueda - obsesiva lo admito-, que me lleve a encontrar sentido pleno del trabajo como docente,  me encontré con un término económico que me ha llamado poderosamente la atención en la aplicación en el ámbito educativo: El valor añadido.

A pesar del conocimiento que casi toda persona de cultura media (permitid que me incluya) podemos tener del término, me aseguro de lo que significa,  y encuentro una definición que ofrece la Universidad de Zaragoza a sus estudiantes, que me paree demasiado técnica, por lo que me quedo con esta otra, que adaptada de wikipedia, es suficiente para la propuesta de este artículo.

Valor añadido: Se trata del valor económico que un determinado proceso productivo añade a las que se suponen las materias primas utilizadas en su producción. 


LA RELACIÓN CON TÉRMINOS ECONÓMICOS Y EMPRESARIALES.

Presupuestos:

  • ¿Cuál es nuestra organización? La institución educativa.
  • ¿Qué producimos en las instituciones educativas? Aprendizaje.
  • ¿Cuáles son nuestros insumos, es decir, la materia prima de la educación? El alumnado en un estadio «X» de aprendizaje, que es susceptible de ser transformado mediante procesos educativos profesionalizados.
  • ¿Quiénes son los técnicos de esta organización? Los docentes.
  • ¿Qué procesos se desarrollan? Procesos de enseñanza y aprendizaje mediante unas secuencias didácticas organizadas.
  • ¿Cuáles son los productos? El alumnado en un estadio «Y» de aprendizaje superior.
  • Tiempos de producción: El tiempo escolar que dedicamos a la mejora (o evolución)  de los alumnos (es decir, la adquisición de más y mejores aprendizajes).
  • Valor añadido en educación: Mejora de calidad producida mediante los procesos de enseñanza en los centros educativos y con la ayuda del profesorado durante un  tiempo escolar. Se trata del valor personal y social que el proceso de  enseñanza  y aprendizaje  añade a los individuos sobre el que es aplicado.

¿Qué valor debe  añadir el sistema educativo a los individuos sobre el que se aplica, es decir, a la sociedad en su conjunto?
 
Ecuación del valor añadido en educación: 
Y – X =  Valor añadido.
Aprendizaje resultante - Aprendizaje de inicio = Valor Añadido en educación.

Esta ecuación  tiene siempre como resultado un número mayor que cero. No cabe otra opción. La aplicación de proceso de trabajo de enseñanza debe arrojar, como mínimo   un aumento de conocimientos. ¿Nos imaginamos un resultado negativo, con suspensión de pagos, ERE  y concurso de acreedores a las puertas de nuestras aulas? No. Imposible. Esto es ciencia ficción.

VALOR AÑADIDO EN EDUCACIÓN.

¿Cuáles serían los elementos que determinarían el  auténtico valor añadido en educación? 

  • El primero, debe estar relacionado con la citada razón esencial de la enseñanza: Un aumento progresivo de conocimiento.
Para obtener verdadero valor, los resultados de la ecuación del valor añadido deben arrojar evidencias de un mayor conocimiento teórico y práctico útil;  un conocimiento más duradero en el tiempo, más competencial para resolver problemas de su vida cotidiana. Debe arrojar indicios de una alta preparación para comunicar ideas, debatir opciones, dialogar acuerdos y crear belleza a través de textos. Un conocimiento que le dote eficazmente para utilizar las tecnologías a su alcance.

  • El segundo debe estar relacionado con la razón de la existencia de las escuelas: Una socialización con dividendos positivos
Es decir, el valor añadido resultante del proceso educativo relacionado con una mayor capacidad de interactuar, colaborar y compartir con otros; mayor gusto por relacionarse con el medio;  una mayor conciencia cívica y de participación democrática, así como una mayor capacidad de emprender acciones solidarias y  capacidad empática en situaciones y con personas diversas.

  • El tercero valor añadido que se espera obtener de los procesos educativos que se realizan en los centros educativos estarán relacionados con el desarrollo de los principios de equidad y justicia social.  
Así, el proceso educativo deberá tener un saldo positivo en cuanto a la consecución de éxito escolar para todos. También, debido a una reducción del abandono escolar, de alumnos desadaptados a la escuela, excluidos del sistema o permanentemente compensados en su desarrollo educativo.

  • El cuarto valor añadido deberá tener que ver con mayor índice cultural.
Este índice será traducido por evidencias de mayores manifestaciones (de creación, exposición y divulgación)  musicales, pictóricas, literarias, teatrales, cinematográficas, escultóricas.... También por desarrollo de eventos  sociales, políticos, históricos y su implicación en ellos por parte del alumnado como creadores e impulsores.

  • Por último, el quinto valor añadido, al finalizar cada proceso educativo y calculado como la diferencia entre insumos y productos, estará relacionado con la mayor y mejor uso de estrategias mentales de orden superior: Aumento en la capacidad de análisis y síntesis, de pensamiento divergente (inductivo-hipotético-deductivo), Crítico-reflexivo y metacognitivo. Mejor capacidad crítica y más capacidad creativa. 

CONCLUSIONES

- Es necesaria la constitución de las comunidades educativas como ejes de la mejora constatada del valor añadido en educación conseguido por los individuos que la forman. La base líquida y obícua de la educación no impide que los centros educativos se erijan en uno de los centros de referencia del conocimiento en cada población, donde se manifieste, visualice  y difunda el valor añadido que la educación proporciona a los ciudadanos y a la sociedad.

- Es imprescindible concienciar a docentes y familias  como los impulsores y promotores del valor añadido de los procesos educativos. Los procesos necesitan técnicos, guías y orientadores que aglutinen todas las experiencias en el individuo destinatario del proceso y le haga consciente del valor añadido del que le dota la educación.

 - Es importante dirigir la acción educativa hacia los elementos que proveen de verdadero valor educativo, donde los conocimientos «per se» no constituyen el valor educativo añadido del que hablamos y que esta sociedad necesita. Un valor que será adquirido sólo si están integrados con los demás elementos descritos.


PD: No he nombrado, intencionadamente, en este artículo la palabra evaluación…¿o sí?. Ya lo dijimos en otras ocasiones: Aprendizaje y evaluación son las dos caras de la misma moneda.



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