LA CRÍTICA PATOLÓGICA

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Si sientes que llevas un tiempo haciéndolo todo mal, si crees que no tienes éxito en tus objetivos, si entras en bucle con tus pensamientos, culpabilizándote de todo y sintiendo desprecio de ti mismo, es que has caído en la trampa de la denominada crítica patológica.



Con este post, y para celebrar el Día Mundial de la Salud Mental iniciamos una serie de colaboraciones de Psicología Garalva  (@PGaralva) con el blog Transformar la Escuela, que incidirán en aspectos de psicología general y especialmente, dado el carácter de este blog,  en Psicología Infantil y Juvenil

Alimentar el foco negativo de nosotros mismos: la crítica patológica

El psicólogo Eugene Sagan fue quien acuñó el concepto de crítica patológica con el objetivo de ponerle nombre a la voz negativa, recalcitrante y aniquiladora de nuestro autoconcepto. A pesar de que este diálogo con uno mismo puede estar presente momentáneamente en todos, cuando se sistematiza en una constante negativa interna, genera un excesivo desgaste que afecta a nuestro bienestar psicológico y se convierte en una amenaza devastadora de la autoestima porque acaba generando una desasosegadora sensación de inquietud y de inferioridad que acaba minando la percepción de una imagen propia.

El problema que la crítica patológica acarrea es que cuando uno solo es capaz de verse desde los ojos del menosprecio y dirigir el pensamiento a los errores que comete, su atención queda focalizada en esto y es incapaz de observar y resaltar sus virtudes y fortalezas, llegando a rechazarse y negarse a sí mismo. Además, el control de la atención se centra en los fallos personales y se van generalizando a todas las áreas de la vida.


De tu voz interior a la crítica patológica

Tener la capacidad de reflexionar sobre nuestra forma de actuar y nuestras experiencias, nos ayuda a mejorar y a crecer individualmente.  Esta práctica siempre es constructiva para uno mismo si se lleva a cabo con el objetivo de aprender de ella. Sin embargo, la crítica continua, intensa y exagerada es excesivamente dañina y erosiona nuestra salud mental progresivamente, pudiéndose convertir en una crítica patológica, destructiva y tóxica.

Cuando la crítica entra en bucle, enlazándose una con otra y magnificándose, se convierte en patológica y esta se encarga de agrandar nuestros puntos débiles y de desgastar diariamente la percepción de nuestra capacidad.

Los pensamientos negativos se suceden y se van uniendo unos a otros, desarrollando ideas negativas enlazadas que nos recuerdan nuestros errores, provocando una sensación de baja valía personal.

“Soy un fracasado, jamás llegaré a ser buen profesor porque he suspendido un examen y ahora ni mi familia ni mis amigos me querrán porque no valgo nada y me quedaré solo”

La patología de la retroalimentación negativa

La crítica patológica se rige por una serie de valores y reglas de la vida que nosotros mismos vamos creando, con el objetivo de comparar el “cómo somos” con el “cómo deberíamos ser”, generando, tras cada nuevo balance la sensación de que somos incapaces de llegar al “cómo deberíamos ser” mediante pensamientos “automáticos” negativos. Dichos pensamientos interfieren en nuestro comportamiento diario y en diferentes situaciones, avivando los sentimientos de culpabilidad y desasosiego, incrementando la percepción de torpeza, elevando los niveles de temor y ansiedad, disminuyendo nuestro estado de ánimo positivo y, en definitiva, infravalorando nuestras capacidades de ser, de hacer y de actuar.

La autocrítica sistemática genera que la persona reaccione con elevado estrés ante situaciones en las que, a priori, percibe altas probabilidades de fracaso, fomentando la percepción de que no logrará sus objetivos o, directamente, provocando acciones y actitudes que eviten enfrentarse a la situación. Esta secuencia genera ansiedad anticipatoria, es decir, ansiedad antes de que llegue el problema y, en consecuencia, expectativas negativas que congela la capacidad de afrontar y aprender de los problemas y retos diarios de la vida.

Autorregular conscientemente tu voz interior mediante la práctica metacognitiva

¿Estoy observando y analizando mis errores, con el objetivo de aprender de ellos, o estoy juzgándome por ellos, criticándome y castigándome? Esta pregunta metacognitiva es la clave para averiguar si estamos generando una crítica positiva y constructiva.

Así, la forma de hacerle frente a la crítica patológica es detectar la voz negativa con el fin de desactivarla y con ello eliminar el malestar asociado a esas autovaloraciones negativas que nos persiguen de manera obsesiva. Si logramos que dicha voz deje de paralizarnos y de recordarnos nuestros errores pasados, contribuiremos a mejorar nuestro bienestar psicológico.

El valor de las autoafirmaciones o cómo frenar la crítica patológica

Para desarmar la crítica es fundamental utilizar autoafirmaciones que nos refuercen positivamente y de las que aprendamos para cuidar nuestra autoestima. Estar atentos a esa voz interior es la forma de pararla antes de que llegue a invadirnos y que consiga menospreciarnos y hacernos dudar de nosotros mismos, bajando nuestra autoestima y la percepción de valía personal, al magnificar nuestros fracasos.

Las autoafirmaciones positivas, las críticas constructivas, nos ayudan a crecer y a aprender de nuestros errores sin hacernos sentir fracasados y ayudándonos a crecer individualmente. La crítica patológica, por contra, nos señala, nos descalifica y nos compara con los demás dejándonos en desventaja, rememora constantemente los fallos cometidos y origina un intenso malestar y pensamientos destructivos.

Recuerda: ¡vigila tus pensamientos!

 

Bibliografía

McKay, M. y Fanning, P. (1991). Autoestima: Evaluación y mejora. Barcelona: Martínez Roca.

DE LA AUTORA:

Paula García Álvarez es Graduada en Psicología , Máster en Terapia Psicológica con Niños y Adolescentes, por la Universidad Miguel Hernández, En prácticas, en Clínica Mindic, Psicología y Salud, del Máster en Psicología General Sanitaria. Ha participado en Proyecto PROCARE y actualmente está contratada por la Universidad de Sevilla con cargo al Proyecto de Investigación I+D+i Alerta Alcohol y participando en el proyecto I+D+i Alerta Cannabis

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