Progr(amar) en tiempos revueltos

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Vaya trimestre que estamos cerrando con las dichosas programaciones, principalmente en secundaria. He comprobado cómo acabamos aborreciendo esta tarea docente que tanto nos significa como profesionales técnicos (que no tecnócratas) y que nos diferencia de otros profesionales. Saber programar la enseñanza es conocer nuestro trabajo.
¿Por qué ocurre esto? 
Programar se antoja a los docentes como una de las actividades más  inútiles del trabajo del profesorado, una de  las menos queridas y, despectivamente, le llamamos "papeleo". La verdad es que siendo una opinión tan compartida no tengo más remedio que plantearme el porqué ocurre esto.O lo que es lo mismo, por qué el hecho de programar lo consideramos un trámite, un incordio tan inútil. No lo hago por cuestionamiento supino ( ...que también) Lo hago por coherencia y honradez: futuros maestros aprenden planificación educativa..y soy yo el que, no sólo les guía, sino que les obliga a planificar.

Intento poner un poco de orden en mis ideas.

Y para ello compartiremos un par de básicos:

  • que la enseñanza es un proceso, no un destino; 
  • que trabajar juntos con otros requiere  tener objetivos  y puntos de vista comunes.
  • y que la programación es una declaración de intenciones , un proyecto educativo...y los proyectos son susceptibles de cambio.
El caballo de batalla: Los estándares

Los estándares de aprendizaje está siendo uno de los artífices del cabreo colectivo, de  la denominada burocratización de esta  tarea docente, que por otro lado se antoja imprescindible.
Pero claro, empezamos mal con la definición de los mismos: resultados, medibles, graduar rendimientos y diseñar pruebas.
Así vienen precedidos de la mala prensa (ganada a pulso) que tiene PISA y las pruebas de evaluación externas, por descontextualizadas y por inútiles, pues, lejos de ser una herramienta que proporcionara pistas, se ha convertido en una manera de clasificar centros..y con ellos . indirectamente ( y directamente, sin paliativos) a sus docentes. O no lo han explicado bien..o no lo hemos entendido. He escuchado entre sus bondades que estas pruebas son una herramienta de mejora..¿donde está la devolución de los puntos sensibles de mejora?. Yo la desconozco.
La oportunidad de programar "de verdad"

Sin embargo, con esta humare(d)a ( palabra derivada de mareo..y ya sabemos que a río revuelto y mareado ...ganancia de los de siempre: los estáticos y acomodados) se nos está escapando la oportunidad de programar "de verdad". ¿Y eso qué es? Pues poca, pero importante cosa: que al programar sin copiar y pegar de editoriales o de otras programaciones, podemos pensar y re-pensar en lo que queremos y necesitamos, en lo que quisiéramos y necesitaríamos (como condicional de deseo) y a hacerlo con otros, con nuestros compañeros de departamento o de nivel. Y precisamente quejándonos y no valorándolo como oportunidad de cambio, hemos llegado a hacer precisamente aquello  de lo que nos quejamos: convertirlo en un acto puramente democrático. Eso si que es duro, programar y que sea un trabajo inservible.
Insisto en un argumento anterior (perdonad las idas y venidas): lo programado es solo un acto intencional, la verdad verdadera es, sigue  y seguirá siendo ..la práctica. Pero, resulta que al no programar, al no repensar, al no crear oportunidades de mejora, de no introducir elementos nuevos, colaborativos, socializados...hacemos que la práctica sea reiterativa, monótona y amarillenta.

Ya lo dije en otra ocasión. Nos preocupamos de hacer la programación en un formato determinado ( tablas habitualmente) , sin embargo  la creatividad nos permite ( ahí no hay ONCE que valga ni mande) planificar como queramos..y con la colaboración de quien queramos. No me voy a extender (que es navidad) , pero tampoco voy a omitir lo interesante que es contar con la opinión otros actores ( alumnos, padres, otros agentes educativos). Sí, de contar con ellos, de preguntarles y de incluir SUS propuestas en NUESTRA programación:  y así hacerla de todos.

Contar con más voces, nos ayudará a enriquecer el currículo, a darle otro aire, a mejorarlo ..y a crear complicidades y compromisos. Esta última frase debe  tener que ver con eso que llamamos motivación.

Unos  ingredientes o requisitos para pensar  en la mejora de las programaciones. 
  • Interdisciplinariedad de áreas, globalización de materias y continuidad de aprendizajes.
  • Fusión de contenidos formales (ampliados, mezclados, organizados de otro modo... del currículo oficial) e informales ( los traídos de la calle, del currículo oculto o/y del currículo ninguneado).
  • Introducción contenido activos ( aquellos que proceden de la investigación propia y no del consumo de productos dados) que promuevan la autonomía del alumnado.
  • Las presentaciones de contenidos antagónicos, es decir:
    • la propuestas de verdades y sus contrarios ( lo falso o indeterminable). 
    • de la belleza y de su ausencia.  
    • de lo considerado como "bueno" y de lo considerado como "malo" (véanse las comillas).
    • De la narración de los hechos históricos interculturales, desde el punto de vista de "aquí" y del de "allí". (vuelvan a verse, por favor, las comillas).

Y con todo ello...a lo mejor observaremos que sí se puede progr(AMAR en tiempos  revueltos).




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