Pesaba en el sorteo de la lotería de hoy. Los números y los premios en dos bombos distintos y esperando a ver si coinciden. Y, vicios y defectos del oficio, -aunque piense como padre- me ha llegado una imagen de las conversaciones habituales que se producen en centros educativos en los días previos al inicio de curso.
- ¿A quién te ha tocado?
- A mi hijo le ha tocado de tutor el que llevó Juan el año pasado.
- ¡Qué suerte!
- Pues sí..es un maestro genial! Por qué lo preguntas con esa cara ¿a quién te ha tocado a ti?
- Puff, ni me lo recuerdes. Mi Elenita continua con el mismo del año pasado... ¡Otro año sin emoción! Llevo la pedrea.
La mayoría de la veces, la suerte del maestro o maestra, profesor o profesora que te toque en el sorteo de los cursos y grupos, hace que el curso de nuestros hijos discurra de una forma u otra. Incluso a veces, avance en sentido negativo..que ya es difícil la contradicción.
De la individualidad a la colaboración
Me paso al papel de maestro y me pregunto cuándo los docentes valoraremos un curso de nuestros alumnos como esencial en su vida. A veces, confundimos eso con nuestro propio devenir..y pensamos que un curso se pasa como sea.
Pues no, el curso de nuestros alumnos, es trascendente y no debe "pasarse como sea".
¿Es posible que el aprendizaje , la emoción , la motivación y la pasión por conocer esté al albur del maestro de turno que le toque en suerte a un alumno?
La cultura de "cada maestrillo tiene su librillo" ya es obsoleta. En el momento que trascendamos de la idea de la individualidad y pasemos a la de colaboración, los centros se transformarán en organizaciones que aprenden juntas, que se apoyan, que debaten y consensúan los mejores argumentos, métodos y modelos de aprendizaje para su alumnado, dentro de su contexto.
El aprendizaje del alumnado no es una responsabilidad única del tutor, es una co-responsabilidad del claustro ( ..y de la comunidad educativa). Y en esto los equipos directivos tienen mucho que decir y aportar: compromiso.
Para que ello se produzca, son necesarios:
- Espacios de encuentro. reuniones formales e informales en los centros.
- Una coordinación formal efectiva, sin olvidar la importancia de la micropolítica en las organizaciones: todas las opiniones suman, (incluso las que van en contra de lo que opina la dirección) .
- Tiempos y medios para una comunicación abierta, horizontal y constructiva.
- La importancia de la comunicación ( y de los medios para ella) y de la escucha como forma de implicación de todos los miembros: todos somos importantes.
- Debates abiertos y creativos para concretar unos Planes de Centros más allá de lo administrativo y obligatorio.
- Establecer días para hablar, para soñar, para debatir y exponer... las mejores ideas salen de momentos de debate y confrontación de ideas: Los torbellinos crean espirales de mejora infinitas.
- Actitudes de cambio y mejora permanente, y pensar que las experiencias novedosas no son experimentos..son osadía y buen hacer.
- Cada uno cuenta: para poder hacer algo, es necesario de forma imprescindible, intentarlo.
- Actitudes de ayuda entre todos los miembros de la comunidad , desde la perceptiva de la corresponsabilidad y el compromiso.
- Un centro educativo es una organización. Los éxitos deben ser compartidos..y los errores trabajados colectivamente.: todos debemos jugar a lo mismo.
Cada año, a la hora de aprobar la PGA, debato en un punto que considero clave: marcar objetivos como centro para el curso.
A veces, encuentro miradas incrédulas a mi alrededor, pero continúo con la convicción de algo que escuché decir a alguien y que mi memoria ha adaptado:
Pongámonos todos de acuerdo sólo en una acción, y moveremos el mundo.
Además,la experiencia me dice que :
- Los centros que comienzan moviendo algo, generan una onda contagiosa de movimiento que se hace imparable y un nuevo espacio virtual en el que se puede seguir profundizando y creciendo.
- Nada une tanto, y hace crecer vínculos duraderos, como la experiencia compartida.
- La mejora no es una meta sino un proceso. Sin pausa y sin prisas
- No hay mejora sin entrenamiento, sin leer, escuchar o visualizar algo nuevo.
Descansad..que nos vemos enseguida.
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