A SOLO DOS CENTÍMETROS

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Artículo publicado en el monográfico "Inclusión educativa" de la Revista Voces, Plena Inclusión, nº 436, de 8 de marzo de 2019. 
Puedes leer el monográfico completo en

A solo dos centímetros

La escuela inclusiva es un hecho imparable al que se dirigen los sistemas educativos comprometidos con nuestro tiempo. 
Y, ¿qué significa un sistema educativo de calidad? Un sistema que incluye con medios, con recursos, con medidas y con formación de sus profesionales, a todo el alumnado en un modelo de acceso y permanencia universal y de progreso posible para todos. 

Y es que …

  • Ya lo dijo Thomas Huhn: La sociedad necesita “una gafas nuevas”. La sociedad necesita unas nuevas gafas que ayuden a “ver” desde otra dimensión; que hagan visibles los cambios necesarios para una escuela que sea capaz de transformar el modelo, persistente y recalcitrante, centrado en el déficit y que haga irrenunciable un sistema educativo que se enfoque más en solucionar las dificultades y problemas que genere el contexto; en eliminar las barreras que se levanten innecesariamente ante el desarrollo de las personas; en imposibilitar los prejuicios que se generan hacia lo diferente, lo desparejo o lo desigual y, además, en impedir la cerrazón en una exclusión propiciada por un modelo de aprendizaje de talla única y de medición estándar.
  • Es más fácil (más económico, menos arriesgado…) segregar que tolerar y respetar. Quizá por ello la escuela continúa siendo disfuncional. Por eso, quizá, la escuela continúa sin cumplir su cometido principal de “hacer crecer” a todos los ciudadanos de forma equitativa y justa.
  • La #revolucióninclusiva no es fácil para los centros educativos porque supone modificar, no solo la organización del centro, su estructura, espacios y tiempos y lo que se enseña en ellas, sino porque obliga a cambiar el estatus cultural, no solo del docente, sino también del contexto, del barrio, de las familias y de cada cual en su fuero interior.

Y como …

  • el camino hacia la inclusión que hemos recorrido cada uno y cada una, y el que nos falta por recorrer está lleno de baches y obstáculos, entonces, avanzar es lento.
  • No podemos avanzar de manera continuada, entonces son necesarias pequeñas rupturas del sistema. Disrupciones para comenzar de nuevo, pero desde un alentador e ilusionante RE-planteo de la educación elaborado con visor macro, sistémico, globalizado, multimodal y longitudinal… que incluya a todos desde todos los frentes y desde todas las esquinas.

Hablamos de pensamiento, de filosofía, de paradigma...

Y es que el reto de una escuela de calidad nace con los derechos humanos y se enraíza en los conceptos de la filosofía humanista más profunda de los grandes pensadores de la historia: valorar al ser humano y, sobre todo, la condición humana.
Caminar con paso decidido hacia una escuela inclusiva es basamento en los derechos humanos, pilares de la sociedad accidental. Porque la inclusión es un derecho… y una exigencia a los estados occidentales congregados alrededor de la UNESCO, que si en 1945, se obligaban para asegurar acceso universal a la educación para todos, hoy ya se han autoimpuesto una escuela equitativa, justa y de calidad para todos, que promueva la participación en la sociedad de todas las personas, con independencia de su capacidad. Y le han llamado Jontiem -1990, Declaración de Salamanca (1994) o Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. (2008). Ahora toca cumplirlo. 

Porque no se trata solo de generar modelos y políticas que pueden generar condiciones para la inclusión. Ahora se trata de hacerlas reales. Las leyes no hacen inclusión por sí mismas, solo ofrecen condiciones. 
No es suficiente con colocar el apellido "inclusiva" a todo lo que nos parezca segregador. Lo transformador es que deje de serlo. Porque sí se puede. Es una cuestión de derechos, de dignidad y de tener una actitud decidida a que las condiciones para que la inclusión académica, social y profesional sea una realidad. 

De la escuela de la exclusión a la escuela de la posibilidad solo hay dos centímetros, los que miden las palabras tolerancia y respeto... porque la educación o es inclusiva o no es educación. 

1 comentario

  1. Excelente visión, y la comparto plenamente. Si los sistemas dejaran de ser tan estructurados, se podrían llevar adelante muchas acciones que fortalezcan la inclusión y la igualdad de oportunidades.

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