ENSEÑANZA CENTRADA EN EL ALUMNADO

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Artículo publicado en abierto en  
COLECCIONES: Revista Aula


La pedagogía centrada en el alumnado es una perspectiva en la que se fundamente una parte imprescindible del cambio que se está produciendo en la educación del comienzo de Siglo XXI, pero su desarrollo no se hace de manera espontánea, sino que exige de intencionalidad y acciones transformadoras.
 Comenius (siglo XVI) propuso el concepto de “paidocentrismo” para significar que el alumnado es el centro y la razón de cualquier acción educativa. Una mirada a la que volvió la Escuela Nueva y a la hemos recurrido para apuntalar un cambio educativo para el S XXI.El aprendizaje, o está centrado en el alumnado, o no es aprendizaje válido para el que aprende. La enseñanza centrada en el alumnado adquiere este valor cuando su planificación tiene en cuenta: (1) la acción de los aprendices como oportunidad para su propio desarrollo cognitivo; (2) la coordinación de contenidos curriculares e intereses del alumnado, como predictores de la consecución de un aprendizaje significativo, auténtico y profundo y (3) la unión de realidad vital y realidad escolar como potenciadora del mantenimiento del interés y la persistencia en la consecución  autónoma de los aprendizajes. 



Hacer al alumnado protagonista de su historia de aprendizaje, más que un titular, debe traducirse en intencionalidad de acciones, relacionadas, entre otras cosas, con:
  • Observar: Planeando las acciones de enseñanza en diálogo constructivo entre experiencia y visión del docente; mochila personal del alumno, currículum oficial y contexto.
  • Preguntar: Contando con ellos y ellas a la hora de tomar decisiones metodologías y curriculares, lo que supone ofrecerles la posibilidad de dirigir sus propias acciones de aprendizaje, de crear sus propias rutas y ritmos y de entender el error como parte del camino.
  • Movilizar: Instalando canales de interacción en el aula que permanentemente provoquen “actividad mental” observadora, reflexiva, analítico/sintética y creadora.
  • Desaprender: 
  • Evitando conscientemente las dinámicas de aula pasivas que aplastan la acción central y autónoma del alumnado: responde aquí; lee esto; cliquea en aquello...
  • Personalizar: Abriendo posibilidades de acción y aprendizaje. No todos aprendemos de igual forma. Es preciso diseñar estructuras de creación democrática del conocimiento y de relación del mismo en el aula.
  • Enriquecer: Integrando contenidos formales y no formales que ayude al alumnado a crear un currículo “propio”, auténtico y transformador.
La transformación pedagógica exige un compromiso con la exploración de modos diferentes de actuación docente. ¡Actuemos!



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