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EDUCACIÓN PLACEBO

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¿Está enferma la educación?
Si ojeamos los últimos informes  sobre el Sistema Educativo en España, muchos de los indicadores que analizan apuntan directamente a un diagnóstico que evidencia la “deficitaria salud del sistema educativo”: bajo rendimiento académico, fracaso escolar elevado, excesivo abandono temprano  del sistema educativo, tasas altas (y costosas) de repetición de curso, bajas puntuaciones  en competencias clave (por debajo de la media  OCDE), etc. etc.
Podemos huir de evaluaciones de diagnóstico, y  elegir como “analítica” otros criterios  e instrumentos de evaluación más cercanos a la docencia. En esta autoevaluación particular  destacan nuevamente“calificaciones en rojo”: clima escolar enrarecido y conflictivo, absentismo escolar alto, aprendizajes memorísticos (poco duraderos e ineficaces),  aburrimiento, apatía y desmotivación, nulo (o casi nulo)  ambiente creativo, escaso apego a la escuela del alumnado y las familias…
No es la intención de este artículo “hacer leña” de algo que a muchos nos desasosiega. Soy pieza (minúscula, sí, pero pieza al fin y al cabo) del  averiado engranaje educativo descrito y quiero no hacer oídos sordos a las señales mencionadas. Es necesario que salgamos del “mirar para otro lado” socio-profesional en el que, en muchas ocasiones, estamos inmersos. ¿Qué está ocurriendo para que la sociedad en general, y la comunidad educativa en particular, no percibamos los síntomas de éstos (y otros males) que fuerzan el deterioro de “la salud educativa” en nuestro país? ¿Cómo hemos conseguido que “no duela”, y que “neguemos la mayor” ante cualquier comentario o debate al respecto?
Estas preguntas y la situación deficitaria del sistema educativo me sugiere una metáfora educativa:

La educación placebo
La administración de placebos para la enseñanza es la culpable de ocultar ante los ojos de los docentes los síntomas del mal. Estos indicios se esconden también a la vista de la comunidad educativa (alumnos y familias) y la sociedad en general por medio de la administración paralela deplacebos para el aprendizaje. Placebos ambos que, al ser  “homologados”  y normativizados desde instancias educativas superiores,  aplicamos sin ninguna sensación de error: Hacemos lo que hay que hacer, lo que ha funcionado durante mucho tiempo y lo que nos mandan.
Esta reflexión me ha hecho recordar otra analogía (en aquel momento aplicada a contextos de atención a la diversidad) que escuché hace un tiempo al profesor  Antonio Tort, de la Universidad de Vic, que me gustó mucho. Con ella se relacionaban tres conceptos: Funciones-Espejo-Espejismo.  Intentaré  exponerla brevemente y (espero) sin equivocarme:
La escuela y las instituciones educativas  tienen unas funciones muy concretas que cumplir. A veces no son capaces de realizarlas en el tiempo, la organización y los sistemas establecidos. Para  demostrar preocupación, crean otros sistemas que son un espejo de lo que deberían hacer y no hacen. Pero este nuevo planteamiento se convierte en un espejismo, pues sólo sirve para parecer que se realiza, aunque en realidad continúa sin desarrollar su función principal.
El ejemplo más claro de esta teoría son los apoyos ordinarios que se realizan en la enseñanza. La enseñanza homogénea no resuelve la complejidad de la diversidad. Inventamos un aula espejo que llamamos “de apoyo” para que realice esa función de atención a la diversidad. El aula de apoyo se convierte en un espejismo pues el problema, lejos de solucionarse, se agrava, y sin pretenderlo produce un efecto excluyente mayor.
8 Placebos para la enseñanza (y sus correspondientes espejismos)
EL LIBRO DE TEXTO
Seguramente el placebo más eficaz. En él está todo lo que hay que enseñar y aprender. Espejismo 1:Libro de texto = Conocimiento integral. Es más, en el propio libro se nos dice a los docentes cómo enseñar, ejerciendo un efecto formador en pedagogía (con una sola píldora de este potente placebo) mayor y mejor que todos los años de formación universitaria juntos: Ahora lee. Después responde. Ahora practica. Seguidamente refuerza y sintetiza.
Aprendizaje lineal, de principio a fin. No importa el contexto, el alumno ni su experiencia. Acabar “el libro de texto” se transforma en el placebo de la tranquilidad: “ahora ya lo saben todo”. El libro se erige en el aula  como autoridad pedagógica indiscutible, ni siquiera cuestionable por el docente que lo maneja. El libro es el rey absoluto del aula.
LA TECNOLOGÍA
Algunos docentes hemos tomado la tecnología como EL RECURSO: La tecnología llegó a la educación e iba a solucionar  todos los males del sistema educativo.  Espejismo 2: tecnología = innovación y mejora. Y es que solamente en el caso en la que la tecnología va  acompañada de metodología es cuando se convierte en una herramienta útil.  El esnobismo tecnológico no aporta nada.  Solo escaparate.
La pregunta que podemos hacernos no es tanto si es conveniente el uso de móviles  en la escuela o no,   como si  con esos dispositivos mejoramos los resultados de aprendizaje de nuestros alumnos y si  apoyan  principios esenciales para el aprendizaje auténtico: motivación, mediación, información, interacción,  creación, transferencia, comunicación…
Tenemos una esperanza de cura: cada vez  estamos más  docentes investigando y cacharreando con tecnologías  implementadas en metodologías diferentes. Pero tenemos dudas  y recaídas: todavía no somos suficientes.
LA MEMORIZACIÓN
Hemos estado utilizando demasiado tiempo la memoria como un sistema selectivo. La memorización es un buen recurso mental, pero por si sola no construye aprendizaje. Tercer espejismo: Memorización = comprensión. Administrar la memoria como un placebo ha implicado asegurar que memorizar era saber y comprender.
La memoria  no es generadora de pensamientos autónomos. Nadie puede ser creativo respondiendo a preguntas cerradas que otros hacen. La memoria no genera creatividad, capacidad de observación, de análisis y crítica. Hemos alimentado durante mucho tiempo el valor “placebo” de la memoria y lo hemos reforzado otorgándole  títulos, certificados, promociones…capacidad de selección.  La memorización se trata sólo de un placebo más porque  repetir como un loro no es comprender, memorizar no es pensar, reproducir no es crear.
EL ESFUERZO
Este es un placebo con efectos secundarios: La frustración. Decimos a los muchachos y muchachas que no aprenden porque no se esfuerzan lo suficiente, o no tienen las actitudes o aptitudes adecuadas. Desviamos, placenteramente,  el problema y la responsabilidad del aprendizaje hacia ellos. Pero,  ¿se puede esforzar alguien en hacer algo que no ha aprendido?
Se podrá  esforzar en algo que sabe, pero  no en lo que desconoce, ni en lo que nunca le ayudaron a conocer.
Cuarto espejismo  esfuerzo=mejora. El esfuerzo per sé, no produce mejora de los aprendizajes de las personas. Una buena economía del esfuerzo requiere una guía docente  para que éste sea algo eficaz. La letra no entra con sangre. El aprendizaje llega con ayuda, orientación y calidad de las acciones educativas.
LOS EXÁMENES
Es un meta-placebo, se constituye en la demostración de que los otros placebos han cumplido su misión. Es el que engaña a los análisis. Preguntas secuestradas o liberadas (qué más da) que, preparadas de forma precisa, te hacen ser el primero de los seleccionados para la gloria. El examen, también tiene efectos secundarios. Leí unas frases de María Acaso que me gustaron mucho:los  exámenes ejercen sobre los jóvenes estudiantes el mismo poder obsesivo que el dinero sobre los obreros que trabajan a destajo…/… puede que con ese examen, pasen a otro curso; puede que con ese examen, les demos una nota; puede, incluso, que no haya estudiado nada y saque buena nota, o haya estudiado mucho y saque mala nota; pero, realmente, el aprendizaje no ha sucedido.
Quinto espejismo: Examen = aprendizaje. Hoy toca parcial, mañana global, ahora examen extraordinario de recuperación: El examen como método de aprendizaje. Estudio (y aprendo) mucho… porque me examino mucho.
LAS EXPLICACIONES
La explicación es el mejor placebo para el docente. Asociamos equivocadamente (y se convierte en nuestro sexto espejismo) Explicar y EnseñarSi explicamos bien, damos por sentado que se ha tenido que aprender bien. Explicar no es sinónimo de enseñar.
Nuestro alumnado no necesita explicaciones, no necesita las repuestas. No quieren datos, prefieren buscarlos. Los alumnos  y las alumnas necesitan  preguntas, desafíos, retos, acertijos… La respuesta es un aprendizaje finalista, acabado, in-constructivo. ¿Qué sentido tiene conocer el final de la película nada más comenzar a verla? Es más…¿qué es mejor, ver la película o participar en ella? El aprendizaje auténtico es el que se descubre, se discute, se participa en él y se comparte.
LA ENSEÑANZA ESTANDARIZADA
Administrar una enseñanza igual para todos como principio (erróneo) de justicia y equidad, es otro de los grandes placebos de la enseñanza. Séptimo espejismo: Homogeneización= justicia y equidad. Este placebo nos hace ver erróneamente que “ofrecer las mismas oportunidades es enseñanza igual para todos”. Tabla rasa y nuestra conciencia docente a salvo. Este placebo nos produce una visión equivocada.
Que todos aprendan lo mismo no es sinónimo de trabajo bien hecho, no es sinónimo de una enseñanza de calidad. La calidad en educación viene determinada, entre otros,  por el principio de individualización de la enseñanza: personalización y diferenciación  sin exclusión. No se trata tanto de agrupamientos homogéneos (pues organizar agrupamientos homogéneos por capacidad implica hacer grupos de altas y grupos de bajas competencias) como de poner los medios  y métodos multinivel y multicompetenciales que ofrezcan  a cada uno, dentro de la diversidad, la posibilidad de aprender más y mejor según sus necesidades, actitudes y aptitudes.
Las aulas gueto, por arriba o por abajo, se convierten en placebo de la exclusión, de una discriminación que no beneficia a los alumnos participantes en ellas ni a la sociedad en general.
LA REPETICIÓN DE CURSO
La repetición de curso se convierte en el “placebo humanitario del sistema”: El sistema no te castiga, no te excluye… te deja repetir.
Se trata de un placebo que refleja el noveno espejismo del artículo: Repetir=Dar oportunidades. Dar oportunidades al alumno es precisamente lo contrario: Ayudarle a continuar y acompañarle en un nuevo proyecto.
Esta medida placebo oculta los fallos del conjunto, minimiza los errores del proceso y hace al alumno el único responsable del mismo. Con él calmamos el ruido que significa sabernos coparticipes del fracaso. La repetición de curso se convierte en un placebo envenenado: prometemos al alumno que el próximo curso podrá repasar los mismos pasos que anduvo en éste, intentado convencerle de que, ahora sí, aprenderá.
El alumno no sabe que un nuevo frasco lleno de pastillas placebo está dispuesto a ser administrado.
Esta lista puede ser acertados o no, completa o incompleta, pero lo que  parece claro es que enmascarar los síntomas de una enfermedad sólo nos lleva al empeoramiento de la misma.  ¿Los sacamos a la luz? ¿Será posible colaborar para mejorar el estado de la enseñanza?
Merece la pena, un montón de sonrisas estarán esperando detrás de cada acción.
PD: En nuevos artículos reflexionaremos sobre placebos para el aprendizaje.
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7 ACCIONES QUE PUEDES HACER PARA MEJORAR LA SIGNIFICATIVIDAD EDUCATIVA DE TU AULA

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Ya sabes que "El aula es el espejo del alma docente". Por ello, siempre es un buen momento para atrevernos a realizar algún cambio espacial que proporcione «significatividad educativa» directa en nuestra aula (y en nuestro centro educativo) y, de paso,  que nos ayude a transitar hacia una pedagogía alternativa y mejorar nuestra práctica docente. 

7 ACCIONES QUE PUEDES HACER PARA MEJORAR LA SIGNIFICATIVIDAD EDUCATIVA DE TU AULA
  • Eliminar una organización de espacios que indiquen autoridad, para propiciar una enseñanza democrática y un aprendizaje participativo. 
  • Comunicar el aula mediante la disposición del alumnado en pequeños grupos, que facilite el trabajo en equipo y en los que el diálogo y la interacción sean obligados para el desarrollo de toda actividad de aprendizaje.
  • Propiciar aulas con acceso libre, rápido, individualizado y eficaz a los materiales, actividades y herramientas necesarias para la tarea de enseñanza-aprendizaje. 
  • Incluir espacios (virtuales y físicos) de ocio en las aulas y los colegios, que nos ayuden a la «ludificación del  aprendizaje» y el gusto por «permanecer y participar» en las actividades del aula y la escuela.
  • Diversificar los espacios del trabajo en el aula (rincones, ambientes…) y utilizar otros espacios más allá del aula (biblioteca, laboratorio, talleres, patio…) y de la escuela (biblioteca pública, centro social, pabellón de deportes, otros centros…), que atiendan pluralidad de intereses. 
  • Crear espacios amables de encuentro en el aula, favorecedores de conocimiento y acercamiento mutuo (alfombras, rincones, espacios de lectura individual…). Un aula cálida y personalizada, con elementos distintivos de otras aulas. 
  • Organizar espacios pensando en la diversidad y la inclusión. La adecuación de las características del espacio a las necesidades de los usuarios con acceso fácil a través de todas las vías de percepción (visual, auditiva, manipulativa, audiovisual…) .
En definitiva, evitar aulas anodinas, estáticas, ajenas, uniformes, autoritarias y frías,  y convertirlas en ecosistemas de aprendizaje vivos y democráticos, provocadores de construcciones activas  de conocimiento personal y colectivo entre los miembros del grupo.




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EL AULA ES EL ESPEJO DEL ALMA DOCENTE (infografía)

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La repetición de curso. ¿Otro anacronismo del sistema?.

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Muchas veces dudo sobre la misión  fundamental de los docentes (maestros, maestras, profesores y profesoras). Le doy vueltas  y le dedico reflexiones y comentarios, incluso en este blog. Sea como fuere, y suceda lo que suceda, para no perder la cordura  debo partir desde la única premisa que forma parte indisoluble del magisterio: la misión fundamental del docente es enseñar. Todo lo demás, lo mucho más que discurre alrededor de la enseñanza es, y debería ser,  subsidiario a este principio. Así, planificamos para enseñar; desarrollamos procesos de enseñanza para enseñar (valga la redundancia, pues aunque parezca obvio, a veces no lo es tanto); evaluamos para enseñar; organizamos planes, programas o proyectos, para enseñar. Y por supuesto, coordinamos todo ello para que el efecto de ese proceso de enseñanza sea el aprendizaje. No cabe discusión.

Pues hay una medida educativa (una organización del sistema) que «no me casa» con esa idea en la educación obligatoria, universal e inclusiva. Es más, creo que se trata de una medida con la que me gustaría romper (seguramente por contagio y extensión en estos tiempos de la disrupción generalizada). Quiero romper con la repetición de curso. Pero no por capricho, ni por revolucionario, ni moderno. Simplemente por ineficacia. No estoy seguro de poder hacerlo (pues las organizaciones educativas son las únicas en las que mantenemos  acciones ineficaces que perduran decenio tras decenio) pero pondré mi granito de arena para que así sea. 

Bueno, suavizaré mis pretensiones. Deseo, cuanto menos, romper con la fórmula actual: Repetir como opción de «más de lo mismo». Y es que, el lenguaje encierra maldades de las acciones, de los vicios de la cultura docente. Según la RAE repetir significa «volver a hacer lo que se había hecho, o decir lo que se había dicho». Repetir un proceso que ya fue ineficaz, cuanto menos para ese individuo,  durante todo uno o varios años, caminar por un sendero que ya no nos llevó a ninguna parte. No se me ocurre que ninguna otra organización social o empresarial hiciera lo mismo.

Realmente, lo que llamamos repetición,  la legislación lo suaviza llamándole con el eufemismo de «permanencia durante un año más en el curso o ciclo». Me recuerda un básico de educación Inclusiva: Permanencia, participación y promoción, pues en realidad, la repetición de curso esconde un cierto modo de exclusión aceptada y permitida. La permanencia en un aula, en un curso, por si misma, no mejora nada. Es más, se transforma en una opción excluyente si no la acompañamos de posibilitar la participación para asegurar una promoción responsable. Promocionar sin aprender es irresponsabildiad del sistema, porque es una promoción ficticia que sólo resta opciones de crecer. Promocionar, desde el concepto de mejora,  es un derecho que no puede ser recortado.

Vamos a ponernos en el mejor de los casos. Es bueno repetir porque hay que alcanzar los objetivos educativos correspondientes (ciclos o cursos de la educación obligatoria a los que por edad le pertenecen.  Claro que una respuesta en forma de nueva pregunta, me destroza el argumento: ¿Qué objetivos? ¿Los conceptuales? ¿los temas del libro? ¿la escritura repetitiva? ¿la lectura decodificadora? No me puedo explicar cual puede ser el poderoso motivo para que un niño de segundo de primaria ( 8 años), deba repetir un curso. ¿porque no sabe leer?¿porque no sabe escribir, calcular,..? Precisamente es eso lo que debe hacer en los años de primaria y secundaria. ¿no? ¿Le damos tiempo?  Permanecer un año más en el mismo curso, obra el milagro. ¿Sólo era cuestión de tiempo? ¿Y eso no podría ser siguiendo con el mismo grupo de edad? 

Muchas veces le echamos la culpa a la legislación. Pero hace tiempo (LOGSE, LOE, LOMCE) que la legislación es  es diáfana en esto: 
  • La repetición se considerará una medida de carácter excepcional y se tomará tras haber agotado el resto de medidas ordinarias de refuerzo y apoyo educativo para solventar las dificultades de aprendizaje del alumno. 
¿Es excepcional? ¿Aplicamos otras medidas ordinarias (es decir incluidas en las propias dinámicas del desarrollo de los procesos de e/a) preventivas y de refuerzo? ¿Cómo son y cómo se desarrollan los programas de apoyo? Si analizamos todo esto, nos daremos cuenta que no. Que no es excepcional (con un 14 por ciento de repetidores en mi comunidad en 2º curso de primaria no podemos hablar de excepcionalidad); que no aplicamos programas preventivos que incidan sobre mejoras educativas del aula; que el apoyo se convierte en un «más de lo mismo», individualizado  (si cabe, más monótono e ineficaz), pero, en definitiva, que continua  sin incidir sobre la dificultad, pues de lo contrario ¿por qué no conseguimos que el alumno en cuestión aprenda?
  • El alumno podrá repetir curso por una sola vez durante la Educación Primaria con un plan específico de refuerzo o recuperación, que será organizado por los centros docentes conforme establezca la Consejería competente en materia de educación.
¿Donde están los planes específicos (entiendo que individuales) en las PGA? En ningún sitio. Urge pues que, si hay alumnos repetidores en un nivel,  las Consejerías obliguen a explicitar estos planes específicos; que se tomen decisiones sobre los contenidos que trabajarán, los profesionales que intervendrán..; que los inspectores los supervisen; que se evalúen desde propuestas formativas y se propongan mejoras, cambios, programas diferentes....

Repetir a secas, se convierte, en otro ejemplo visual del mismo anacronismo: Una enseñanza homogeneizada, parcelada, sistematizada, ajustada a un lugar y un tiempo concreto, en la que el valor de la memorización y asimilación por repetición (casi saciación) se sobreestima. Quizás en modelos ya obsoletos tuvo sentido . Hoy no. Es necesario establecer o, cuanto menos, posibilitar  mecanismos diferentes a los que ahora tenemos: Repetir modelos demostrados ineficaces para el aprendizaje, perpetuadores de exclusión y clasificación de la sociedad; centrados en el alumnado como único responsable del «no aprendizaje» y diseñados, por tanto, como metodología de presión para forzar el aprendizaje desde la amenaza permanente, la penalización, el castigo y el aumento del sentimiento de culpa y fracaso. 

Otra cultura docente si es posible.

PD: Para afianzar ideas sobre este tema, recomiendo leer: Repetidores, un artículo magnífico de Enrique Sánchez Ludeña publicado en un  blog  imprescindible: Otras Políticas.

Imagen de mconnors, Licenciada por  http://www.morguefile.com/

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el cine: transmisor del valor de la diversidad cultural

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El cine, como recurso didáctico en la educación intercultural,  es una herramienta   de  valor  extraordinario.

En los centros de secundaria, a veces, se adolece de materiales adecuados para la tutoría. 

El respeto y la valorización de la diversidad cultural es un contenido de necesaria construcción en secundaria. 
Desde siempre ,el cine ha ha sido  un poderoso medio de transmisión de ideas, sentimientos, modos de interpretar la vida, modas…

A través de 14 películas ,  El valor de la diversidad, nos ayuda a construir esos conceptos. El valor de la diversidad es una material muy interesante en pdf ( con ficha didáctica incluida) que  pretende aprovechar la capacidad que el cine tiene para comunicar y convertir ese mensaje en herramienta didáctica. 

Según los autores de este material, " el cine une, identifica a las personas, denuncia la injusticia, presenta modos y actitudes diferentes de enfrentarse a la vida, difunde valores… y puede ayudar a los alumnos a pensar sobre la realidad social que a veces no ven; además ayuda a replantear el mundo que queremos construir."

Un material recomendable. Gracias a sus autores y a Juan Miguel Caballero de educintercultural por acercármelo desde su blog.


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