EDUCACIÓN EMOCIONAL: Las emociones como motor del aprendizaje.

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Últimamente escucho mucho hablar de "educación emocional" en la escuela...y me gusta, ¡¡¡claro!!!

Hoy es común escuchar que las emociones son el motor del aprendizaje. Pero tenemos un problema: la educación emocional  no es una asignatura o materia de la enseñanza obligatoria,  y se nos olvida "enseñarla". 
La educación emocional responde a la idea de diseñar y desarrollar aprendizajes en las aulas que sean capaces de cubrir necesidades  sociales y personales que tienen los alumnos y que, habitualmente,  no son atendidas en las asignaturas, áreas o materias habituales. Obviamente, la educación emocional sólo se puede desarrollar desde una perspectiva transversal, pero, si queremos efectividad en su aprendizaje, permanente integrada en la actividad docente, en lo que denominamos el día a día: la educación emocional no se hace de 9 a 10 y se olvida el resto de la jornada.

La educación emocional se trata de un asunto muy reciente. Aunque el concepto de inteligencia emocional  lo definen por primera Salovey y Mayer, en 1990, no fue haata 1995 con la publicación de Emotional Intelligence de Daniel Goleman cuando se produjo el pistoletazo de salida que inició una difusión sin precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido en educación. La fundamentación del término se ha ido completando con las  teorías de la emoción, la neurociencia, la psico-neuroinmunología, la teoría de las  inteligencias múltiples, la inteligencia emocional, el fluir, los movimientos de renovación  pedagógica, la educación psicológica, la educación para la salud, las habilidades sociales, las  investigaciones sobre el bienestar subjetivo ...y ahora discurre de pleno en el fenomemo "coach  emocional", que tan en boga está en nuestros días. 

A pesar de ello, esta es la hora en la que debemos continuar hablando de innovación en este campo porque, en realidad, tradicionalmente durante los 20 años que ya está en candelero, se ha desarrollado muy poco en las aulas de primaria (al menos de manera consciente), y mucho menos (pido disculpas) en las clases de secundaria: la escuela se ha centrado en los aspectos cognitivos, y en éstos, ha priorizado los aprendizajes científicos y técnicos, a los sentimientos. 

Todo este tema se ha tratado de modo muy reduccionista. Lo que creo es que, en el fondo, existe un subconsciente cultural docente que nos dice que eso "del desarrollo emocional" sólo se necesita en grupo difíciles, en los centros de barrios marginales o en aulas con problemáticas sociales acusadas. De hecho recuerdo que un importante desarrollo de este tema se hizo en el ámbito de la atención a la diversidad y los programas de E. Compensatoria en los que yo participaba: buenos proyectos y algún  programa que se desarrollaron muy aisladamente y que se vincularon a casos de centros con problemas de convivencia y/o aulas con alumnos muy disruptivos. 

En la actualidad de la  Región de Murcia varios centros están comenzando a poner en marcha el programa de Educación Responsable de la Fundación Botín, que aconsejo les echéis un vistazo todos aquellos preocupados por el tema.
¿Para qué nos vamos a engañar? A pesar de todo, en el día a día, la cosa ha cambiado poco en la mayoría de los centros, sólo que ahora los estudios de neuroeducación han puesto las emociones en el ojo del docente . Y es que no se trata sólo de una moda: Es una necesidad.

Para ahondar en este tema os sugiero le echéis un vistazo a  la página web de un de los grandes expertos nacionales en el tema: Rafael Bisquerra, que tuve la satisfacción de escuchar, y del que aprendí algunas cosas mediante la lectura de sus libros y documentos en mi etapa de trabajo en  Aulas de Acogida a alumnado inmigrante.
Conocerse a uno mismo. ¿Pero, qué hacer?

La educación emocional se propone un conocimiento de las propias emociones, que es profundizar en el conocimiento de sí mismo y así identificar las emociones de los demás, para poder llegar a la comprensión empática. Además con su desarrollo pretende regular las propias emociones (ira, miedo, ansiedad, tristeza, depresión, etc.) como forma de relacionarse mejor consigo mismo y con otras personas. Supuestamente estas acciones conseguirán hacernos competentes socio-emocionales y nos ayudarán a tener una mejor convivencia. Es decir conseguir una autoeficacia emocional que nos permita generar las emociones deseemos y como consecuencia de todo ello contribuir a nuestro bienestar personal y social.


Como sabéis emoción y sentimiento van siempre de la mano: La emoción suele ser inconsciente, pero el sentimiento (la emoción reactiva) es siempre consciente. Por lo tanto identificar y regular es un trabajo que hace el consciente, que podemos controlar por nuestro pensamiento.

En este punto, compañeros blogueros, me vais a permitir una recomendación de un material elaborado por una murciana. No es publicidad. Sólo se trata de la presentación de unos materiales que considero muy valiosos. Su autora es mi amiga Marisa López Soria.

Ella nos anuncia una gran noticia: en nuestras manos tenemos la posibilidad de educarnos para educar los sentimientos. Eso sí, con enfoque de ciclo vital, dada la enorme complejidad de lo afectivo y los conflictos propios y ajenos.

A través de una gran aliada, la LECTURA, los libros nos pueden ayudar a descubrir nuestro interior y el mundo de las emociones del otro.

La educación emocional está presente en todos los libros de Marisa, a través de las emociones de sus personajes, las historias que viven siempre han intentado ayudar al lector  a comprenderse y a comprender a los demás. Estos libros están escritos, como todos sus libros, teniendo muy presente ese principio. Esa idea ha continuado al gestar esta colección de personajes: SUPERBERTA Y LOS PRIMOS,  maravillosamente ilustrados  por Lucía Serrano.


Es un material para utilizar con niños lectores y prelectores a partir de 5 años, a modo de cuentos, que abordan algo que habitualmente descuidamos: la educación emocional y los sentimientos desde las primeras edades.


SuperBerta es una niña que tiene el don de adivinar las emociones de los demás. Junto con sus primos, amigos y vecinos nos muestra las emociones que siente a su alrededor. De hecho Berta presiente cuándo y cómo echar un capote a los demás. Pero, ¿qué sucede cuando se trata de las emociones propias?
Desde la alegría y el juego del simpático grupo, la colección pone en escena la resolución de conflictos cotidianos con la mirada de los más pequeños.


SuperBerta y los primos es una colección ideal para trabajar la comunicación emocional. Berta y sus primos son de distintas edades. Olivia es neoyorkina y solo habla en inglés. Todos juntos se divierten, ríen y se cuentan lo que sienten, es por esto que se quieren tanto.


Si te ha interesado, estos son todos los títulos de la colección, publicados por edebé:
  • SUPERBERTA Y LOS PRIMOS. (PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES DONDE SE CUENTA EL DON DE SUPERBERTA)
  • SUPERBERTA Y LOS PRIMOS: DÍA DE LLUVIA (EL MIEDO PARALIZA A NICO. LOS PRIMOS IRÁN AL RESCATE)
  • SUPERBERTA Y LOS PRIMOS: DEL LADO DEL CORAZÓN (BERTA ES ZURDA Y ESA DIFERENCIA LA TIENE TRISTE Y PREOCUPADA)
  • SUPERBERTA Y LOS PRIMOS: ME PIDO LA LUNA (UNA RABIETA, UN JUEGO, Y LA COMPASIÓN COMO PROTAGONISTAS)


Créditos de la imagen de cabecera del post:
Autor/a: Karrah Kobus
Alojada en Comuidad Flickr https://www.flickr.com/photos/karrah_kobus/6735058885/

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