INVOLUCRAR: LA CLAVE PARA APRENDER ACTIVAMENTE

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El aprendizaje activo necesita de algo más que actividad. Necesita de motivación que involucre al aprendiz. Sin ella hablamos de aprender haciendo, pero no de aprender con la mente activa
Cuántas veces utilizamos la frase “la metodología utilizada es activa y participativa” como una retahíla que “se debe” poner en cualquier planificación educativa.
Con aprendizaje activo nos deberíamos referir a una estrategia didáctica centrada en el aprendizaje del alumnado, que implica que éste participa de manera consciente, intencional, autónoma, y por lo tanto, activa, en su proceso de aprendizaje.

La clave de la diferencia nos la proporciona el verbo involucrar.

¿Cómo involucrar al aprendiz en su propio aprendizaje? Es a través de experiencias de colaboración y reflexión individual, alternadas y secuenciadas intencionalmente, como podemos conseguir potenciar el aprendizaje activo.
Para involucrar a los estudiantes de manera activa es necesario promover habilidades, no solo de repetición (aunque sea haciendo), sino de cuestionamiento, de obtención de información, de búsqueda de necesidades, de confrontación conceptual y ruptura de andamiajes preestablecidos, de búsqueda de soluciones (por medio del análisis crítico y de la síntesis creativa), de anclaje y acomodación activa del nuevo conocimiento y de su transferencia real al contexto.
Por ello, la enseñanza activa precisa de secuencias de aprendizaje creadas por el profesorado que promuevan un trabajo sistematizado con intencionalidad expresa de involucrar al alumnado, es decir, de buscar su motivación y de ganar su voluntad de aprender.
Se trata de promover planificaciones educativas que proporcionen una alternativa al modelo de transmisión clásico que equipara información con conocimiento, Un error, pues sólo desde la manipulación voluntaria (aprendo porque quiero), activa y creativa de la información podremos ayudar a nuestros aprendices a transformarla en conocimiento.

Involucrar para activar el cerebro

Durante el aprendizaje provocamos que grupos de neuronas se interconecten, creen y refuercen circuitos y constelaciones neuronales, lo que al mismo tiempo permitirá tener más opciones de encender la atención a esta información sobre otras y así capturar este deseo por encima de otras voluntades que danzan en su entorno.
Como resultado de una atención selectiva, el cerebro, va modificándose a sí mismo, no solo a nivel funcional sino también estructural, preparándose para aprender autónomamente.
Quizás esto constituya parte de lo que podemos denominar el arte de enseñar.

Este texto procede de una colaboración con la revista Aula de Editoril Graò, tanto en su versión en español como en catalán. La cita completa es la siguiente:

García-Pérez, J.B. (2021). 
Involucrar: la clave para aprender activamente. 
Aula . nº 479.  7-7

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