LA EDUCACIÓN INCLUSIVA. DE LA EXCLUSIÓN A LA PLENA PARTICIPACIÓN DE TODO EL ALUMNADO.

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La educación inclusiva. De la exclusión a la plena participación de todo el alumnado

Reseña bibliográfica

La educación inclusiva. De la exclusión a la plena participación de todo el alumnado

Introducción

La educación inclusiva. De la exclusión a la plena participación de todo el alumnado es una excelente obra que, a pesar de hacer seis años de su publicación, plantea, con una vigencia absoluta, una reflexión profunda sobre inclusión y educación, claramente dirigida hacia un disyuntiva muy concreta: O incluyes o excluyes.
 A través de teoría y ejemplos  de buenas prácticas inclusivas nos guía en la idea de que la inclusión, más allá de ser considerada como una modalidad de “tratamiento de niños con discapacidad dentro del marco general educativo” es necesario visualizarla desde una realidad mucho más amplia: todo el alumnado es diverso.
Se asientan así dos hechos (que aunque parezcan “de cajón”, la realidad los tiene limitados): que la educación es un derecho humano elemental para todas las personas, y  que sólo a través de una educación para todos se crearán las bases de una sociedad mucho más justa que la que tenemos en la actualidad.
La vigencia y actualidad del texto y sus argumentos, vienen dados por la naturaleza propia del tema (la inclusión como derecho es inacabable) y por su evolución en España (donde hemos pasado de implementar programas de integración (1) a hablar de inclusión, como si éstos fueran la versión  de los programas  postmodernos en los que derivaron aquellos). Integración e inclusión, no solo son diferentes en la forma de desarrollo (integración como programa educativo y como diseño de política educativa estratégica), son diferentes fundamentalmente en la filosofía, en la cultura y en la mirada social que realizamos sobre ellos. Son pues, conceptos a los que solo les une que sin aquel nunca nos encontraríamos en éste, y así, una escuela que sea por sí misma inclusiva se ha convertido en uno de los mayores retos a los que se deben enfrentar el anhelado pacto por la educación en España.
 Un amplio acuerdo social que deberá comprometer, desde este enfoque inclusivo, al futuro sistema educativo del estado español, a los centros y profesorado, y a la sociedad en general, sin parcelas dudosas. Un pacto que hable meridianamente claro de una educación, no solo se apellida inclusiva, sino, y lo que es más importante, una educación diseñada para incluir, en consonancia de los nuevo paradigmas de la educación para el ser y el informe UNESCO, horizonte2020.

La educación inclusiva. De la exclusión a la plena participación de todo el alumnado

En este libro colaboran reconocidos expertos nacionales e internacionales. Se estructura en dos partes:

En la primera  se abordan aspectos teóricos y conceptuales acerca de lo que debe entenderse hoy por inclusión, el posicionamiento de los organismos internacionales, así como la situación en España respecto a las políticas inclusivas.
En la segunda parte se ofrece un análisis de las dificultades más relevantes que experimenta el alumnado en los centros educativos y en ella se explicitan propuestas de buenas prácticas de trabajo colaborativo, entre el profesorado, y de aprendizaje cooperativo, entre el alumnado. Se completa con una revisión del uso del Index for Inclusion, tanto internacionalmente como en nuestro país y, finalmente, con una propuesta relativa a las prioridades que la  educación inclusiva presenta hoy en el terreno de la investigación.
De manera transversal el libro recorre un objetivo principal: la definición y práctica del concepto «inclusión». 
Un concepto que tiene que ver con todos los niños y jóvenes;  se centra en la presencia, la participación y el éxito en términos de resultados valorados; implica combatir cualquier forma de exclusión; y se considera que una escuela inclusiva es aquella que está en movimiento. La inclusión se asume en su relato, y se toma, como un proceso inacabado y dinámico.
Así el profesor Giné en el capítulo 1 recoge una de las referencias más completas, y nos muestra seis maneras no excluyentes de conceptuar la inclusión:
  1. Inclusión relativa a la discapacidad y a las necesidades educativas especiales;
  2. Inclusión como respuesta a los problemas de conducta;
  3. Inclusión como respuesta a los grupos con mayor riesgo de exclusión;
  4. Inclusión como la promoción de una escuela para  todos;
  5. Inclusión como  educación para  todos.
  6. La inclusión como principio para entender la educación y la sociedad. 
Giné, también hace un recorrido por la posición de los organismos intencionales y fija una de las etapas más importantes de este recorrido en la Declaración de Salamanca por parte de la Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales (UNESCO, 1994) donde se afirmó y firmó que los  centros ordinarios con una orientación inclusiva «representan el medio más eficaz de combatir las actitudes discriminatorias, crear comunidades de acogida, construir una sociedad integradora y lograr la educación para todos»
El profesor Echeíta, en el capítulo dos, maneja magistralmente una soberbia metáfora: «ya no, pero todavía tampoco». Con ella narra la situación que vivimos en la actualidad e ilustra la idea de que la mayoría de nuestras sociedades ya no comparten las posiciones segregadoras del siglo pasado, pero todavía tampoco estamos en esa compleja y difícil ambición de una educación más inclusiva y de calidad para todos”. Ahonda más cuando analiza los procesos de inclusión y exclusión, y los ve de manera longitudinal  a modo de avances y retrocesos. Visión que  reafirma cuando añade, citando a Dyson, que lo que aprecia con bastante claridad es que, “dado precisamente lo difícil y controvertido de este reto, continuamente se cuestiona su sensatez y se produce, por el contrario, una regresión o reacomodo  de los valores y prácticas  educativas más inclusivas”
Javier Onrubia, en el capítulo 3,  apuesta por la necesidad de transformar para adaptar y de adaptar para incluir, y ofrece una mirada psicoeducativa a la educación inclusiva que sirva para transformar, desde dentro los sistemas educativos, mediante  políticas de educación inclusiva no centradas en adaptar las necesidades de todos los alumnos a las características de la enseñanza que se ofrece y se enfoque en la necesaria transformación de los elementos del entorno escolar que están, en realidad, en el origen de las barreras y las dificultades de aprendizaje y la participación escolar necesaria para caminar hacia la inclusión total.
Apuesta por la enseñanza adaptativa (adaptación de formas y métodos, desde la idea de ajuste personalizado) a las características y situaciones variadas del alumnado y por una defensa a ultranza de la necesidad de que los objetivos y finalidades educativas sean comunes a todos. Finaliza el capítulo ofreciendo una serie de características que deben tienen los centros y las aulas inclusivas.
En el capítulo 4, Argell, Sala y Torrent ofrecen un análisis de las barreras más relevantes que minan el éxito y la mejora de las escuelas con la participación de todo el alumnado. Para ello hacen referencias al proceso y desarrollo de proyectos, como el proyecto CEIP Els Xipres, que se planteó una escolarización compartida con otro centro cercano de educación especial como medio de romper la exclusión de unos y otros alumnos. También extraen de la experiencia algunas claves que pueden dar esperanza en caminar esperanzados hacia la deseadada escuela inclusiva.
En los capítulos 5 y 6, el libro se centra en el desarrollo de estrategias de colaboración favorecedoras de la inclusión. Lo hace desde dos frentes complementarios: el trabajo colaborativo del profesorado y el aprendizaje cooperativo de los alumnos como apoyo a la inclusión.
Colaboración, inclusión y especialización son tres conceptos que vincula estrechamente Teresa Huguet en el capítulo 5 desde el enunciado de tres necesidades: (1) flexibilizar las fronteras entre los distintos profesionales; (2) promover cambios institucionales que favorezcan la cooperación y la colaboración y (3) desarrollar modelos de trabajo compartido en el aula  desde la modalidad de dos profesores, un aula.
Por otro lado, David Durán ofrece un amplio catálogo de evidencias de la efectividad del aprendizaje entre iguales en los alumnos vulnerables, de valores inclusivos para el aula desde metodologías cooperativas y de cómo dotar de valor educativo las ayudas mutuas entre alumnos. 
Josep Font  pone en valor, en el capítulo 7, la colaboración de los centros de educación especial a la inclusión,  y cuestiona varios dilemas actuales: los relativos a la controversia de la diferencia (en la que los centros de educación especial pueden hallar un nuevo espacio); el concepto de necesidades educativas especiales y de discapacidad (vistas como limitaciones y dificultades relacionadas con aspectos internos del individuo versus el resultado de las limitaciones y deficiencias del entorno y el sistema escolar en su forma de acomodarse a las características de los niños); el concepto de inclusión (poniendo el énfasis en su relevancia social y comunitaria, y no sólo educativa) ; la inclusión como proceso o como resultado ( promotora de enfoques erróneos y prácticas poco exitosas) y, finalmente, el impacto de la inclusión, como  cuestionamiento de uno de los mitos más persistentes sobre los efectos negativos que la inclusión tiene en los alumnos con necesidades educativas diferentes.
En todo el texto, y en especial en los capítulos 8 y 9, planea la idea de que en el camino hacia la inclusión, el Index for Inclusion  de Booth y Ainscow,  ha representado una nueva y potente visión de la inclusión y se ha convertido en guía de gran utilidad para avanzar en los procesos de cambio. En estos capítulos se desgrana un amplio análisis de cómo el uso del Index for Inclusion  ha consolidado y facilitado la elaboración de planes de mejora escolar, con una orientación inclusiva, en muchos centros de España, Cataluña e  Inglaterra. 
El libro finaliza con un sustancioso capítulo, reflexión de Mel Ainscow y Susie Miles, en el que definen, de forma clara y sin lugar a confusión, el término inclusión, sabedores de que en el campo de la educación está plagado de incertidumbres, disputas y contradicciones: ofrecer respuesta educativas a todos los niños, independientemente de sus características.
En el capítulo marcan claramente cuatro elementos que se reconocen con fuerza para tomar en cuenta el funcionamiento del desarrollo de sistemas inclusivos:
  • La inclusión es un proceso.
  • La inclusión se interesa por la identificación y la eliminación de barreras.
  • La inclusión busca la presencia, la participación y el éxito de todos los estudiantes.
  • La inclusión pone particular énfasis en aquellos grupos de alumnos que podrían estar en riesgo de marginación, exclusión o de tener bajo rendimiento.
Para concluir esta recensión bibliográfica, utilizaré una de las muchas frases para enmarcar  de Ainscow y  Miles:
 el objetivo no debe centrarse únicamente en la práctica. También debe abordar y, en algunos casos, desafiar el modo de pensar  que sustentan las formas de trabajo actuales
Referencia APA:
Giné, C. (2009). La educación inclusiva: De la exclusión a la plena participación de todo el alumnado.Barcelona:Horsori.

(1) En los años 80 se pusieron en marcha los denominados programas de integración que tenía como objetivo principal que el alumnado con discapacidad pudiera ser atendido en centros comunes a sus vecinos de barrio. 

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